jueves, 1 de noviembre de 2018

POEMA 25


ESTA PESADEZ DE LOS DOMINGOS

Domingo por la tarde: puedo oír el silencio
que se impone sobre todos los ruidos
porque nada pesa tanto
como un domingo por la tarde
preñado de nubes oscuras que no dejan caer
una gota
sobre la ciudad tan reseca que se respira
el polvo en medio de la calle inmóvil.
Otra vez a revolver recuerdos
de cuando fui feliz, o sea,
de cuando fui un niño feliz, desprejuiciado,
ignorante de la miseria humana
y de sus consecuencias tan aturdidoras
que al despertar la edad del sexo
acudí a su encuentro con temor
y desconfianza
porque el mundo no me había preparado
para tan traumatizante encuentro.
Los domingos son días pesados y solos
y por las tardes aburridos y lúgubres
como la tierra árida.
Es a esa hora que triunfa la nostalgia
y los recuerdos caen en picada
sobre mi aturdido tiempo intrascendente.
Irremisiblemente digo en alta voz
ante la ausencia de interlocutores
comprensivos o no
que ojalá regrese pronto el lunes
y la rutina diaria
para hacer añicos este fardo que mis pocas
fuerzas
no pueden sostener por tanto tiempo.

Augusto Lázaro

@lazarocasas38


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