miércoles, 7 de noviembre de 2018

CERCA DEL EXILIO


LEJOS DEL TERRUÑO

Lo peor del exilio es el exilio mismo:
ese desgarramiento inevitable que nos lanza
de zopetón a veces a una nueva patria
que nunca será realmente nuestra patria
por mucho que nos acomodemos
a la idea de seguir viviendo
en ella, ¡qué remedio!, mientras la nostalgia
por lo que perdimos,
por lo que sabemos que perdimos para siempre,
continúa machacándonos a cada instante
sin un puente de tregua.
Porque el exilio es la nostalgia, afianzada
en cada espacio nuevo, en cada tiempo nuevo
que desgastamos en cualquier acción intrascendente,
aunque siempre con la vana ilusión del regreso
improbable,
inútil sueño que distrae la espera
no menos inútil, porque eso sí, sabemos,
estamos convencidos de que sólo un milagro
(aunque no creemos en milagros)
nos hará volar por encima del gran charco
para besar y abrazar y apretar mucho
a quienes hace ya siglos nos regalaron su cariño
sin pedirnos ahora otra cosa que el recuerdo
porque nos dijeron, al partir, sin una lágrima,
que la muerte peor era el olvido.
Y el exilio a la larga también es el olvido
que se enseñorea ante nuestra impotencia,
incrustándonos la incertidumbre,
el futuro siempre incierto
y sobre todo la tenaza del miedo
a lo desconocido,
a lo único que en el exilio permanece
por tiempo indefinido e infinito...

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENVOLVENCIAS

 1 Ahora que los virus están de moda: fue un virus (de la peste negra o bubónica) el culpable de la muerte de los amantes de Verona. La hist...