jueves, 22 de noviembre de 2018

POEMA 29

PEJES GORDOS EN EL PARAISO

¿Y por qué no? Brindemos
por los encumbrados en sus sillas giratorias
gracias -digamos- a la suerte, que es loca,
por los que se abstienen de emitir criterios
en público
si no son los criterios oficiales,
por los que cambian de opinión
camaleónicamente
(con sus impenetrables fronteras de miradas
frías
y de sonrisas siempre amables),
por los incapaces de tomar alguna determinación
si el visto bueno no les llega
de arriba,
por los que siempre están de acuerdo
y levantan sus manos
mirando, disimuladamente, sus relojes pulsera,
por los que cuidan con celo de fiera
sus puestos,
sus coches de chapas oficiales
o particulares,
sus viajecitos a casas de descanso
-o a USA los más afortunados-,
por los que se aferran a sus equipos electrónicos
sofisticados
procedentes de alguno de los siete grandes,
a sus armarios repletos de poliéster
y algodón made in USA
y poppies con todos los colores del espectro,
a las recepciones, los entremeses, las bolsas de regalo
(todo, por supuesto, a cuenta del Estado),
etcétera.
Brindemos, pues, por los que no padecen
de conflictos ni luchas ni dificultades.
Brindemos hoy por ellos (hoy que están en la cúspide)
porque mañana, pobrecitos cabrones,
no nos darán ninguna lástima
cuando el peso aplastante de la Historia
les pase la cuenta.

Augusto Lázaro

@lazarocasas38



No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENVOLVENCIAS

 1 Ahora que los virus están de moda: fue un virus (de la peste negra o bubónica) el culpable de la muerte de los amantes de Verona. La hist...