lunes, 28 de octubre de 2019

LA MUSICA ES UN BUEN ALIMENTO PARA EL ESPIRITU

DEL NUEVO MUNDO

Anoche vi y oí en un vídeo en Internet la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Antonín Voräck, y me he transportado con ella al "descubrimiento" (que muchos llaman encuentro entre dos mundos, término que me parece más correcto), pues esa música trasmite el sentimiento -y la sonoridad- de los aborígenes de la América del Norte, con su apacible nostalgia y sus himnos a la tranquilidad que fue -en algunos casos brutalmente- turbada por los nuevos amos que implantaron sus costumbres, su cultura, su religión, creyéndose seres superiores que poseían la facultad y el deber de llevar la civilización a nuestras tierras americanas... pero quiero hablar de música, no de la colonización con sus "daños colaterales"...

Antonin Voräck nació en Nelahozeves, en la Bohemia checoslovaca, en 1841, y murió en Praga, en 1904. Sus obras tienen la característica de lo autóctono de su país incrustado en la música pos-romántica occidental, y son reflejo fiel de la esencia de su tierra, pero su pieza más conocida es esta sinfonía, compuesta en 1893, una verdadera obra maestra que destila melodía en el tono apacible de aquellos indios que parecen resurgir entre las notas, perfectamente sincronizadas con las notas refulgentes que hacen a quienes la escuchan, aunque no estén acostumbrados a ese tipo de música, disfrutar de una sensación de bienestar y añoranza, como si estuvieran viviendo otra vez aquel tiempo que dejó su huella de romance, de tristeza, de amor...

Esta interpretación estaba conducida por un director que no conozco, y me puse a pensar, mientras la escuchaba y veía a los músicos y a los movimientos de quien los dirigía, en aquella grabación que oí (esa vez sólo oí) por una de las mejores orquestas sinfónicas del mundo, la de Philadelphia (en el estado de Pennsylvania, en USA), dirigida por Eugene Ormandi, superior por cierto a ésta de anoche, que no por eso pierde en calidad su representación...

Macarena y yo nos perdíamos en lo intrincado de la tienda ALCAMPO a oír nuestra música, pues a ella le gustaban estas piezas, y siempre me preguntaba, incrédula, cómo era posible que yo hubiera oído más de 500 veces los Cuadros en una exposición (con la imprescindible orquestación de Ravel), La gran pascua rusa, o el Concierto para violín y orquesta de Tchaikovski... la pobrecilla ignoraba entonces el enorme placer que se puede sentir al escuchar esas obras de arte, como dice uno de mis vecinos que también se deleita cada mañana con las grabaciones que oye en Radio Clásica. Avelino -así se llama- me lo dijo un día:

--Es que esa música lo hace a uno mejor persona.

Así de simple, como es el vecino. Pero Macarena no se conformaba con mis explicaciones y, curiosa como era, siempre me pedía más:

--Pues por mucho que a mí me guste una canción, o una de esas piezas que tú oyes diariamente, no creo que resistiría oírla más de diez veces... ¿no me estarás tomando el pelo?

Y así se nos iban las horas, a veces en su casa de Moratalaz, otras en la tienda, y otras en la FNAC, donde nos encontrábamos sin previa cita (o con el acuerdo telefónico para no fallar en el encuentro), y donde yo le enseñaba a distinguir entre lo bueno y lo especial, según mi punto de vista. A ella le gustaba mucho el Bolero, y a pesar de su constante reiteración de acordes y sonidos, lo saboreaba siempre. ¿Qué diría si le hubiera confesado que esa pieza de Ravel yo la había oído todavía mucho más de las 500 veces?

--Yo creo que la calidad de una orquesta aumenta o disminuye dependiendo de su director -le dije una tarde totalmente musical en la que hablamos sobre la composición de una orquesta sinfónica, que ella nunca había presenciado en actuación directa.

--¿Te refieres a esas orquestas sinfónicas?

--Sí, a ésas. Mira: esa sinfonía Del nuevo mundo que ya hemos oído varias veces, no se oye igual con cualquier director que con ese que yo pondría en el tercer lugar... Eugene Ormandi... lo que dirigen sus manos se convierte en arte mayor.

Y entonces le di mi opinión, que por supuesto, puede estar equivocada, sobre los directores de orquesta que ocupan los primeros lugares en toda la historia musical: sobre el primero creo que hay consenso, casi unanimidad: el mejor director de orquestas sinfónicas ha sido Arturo Toscanini. A partir del segundo puesto ya varían opiniones: yo colocaría a Leopoldo Stokowsky, que a pesar de su apellido no era ruso ni polaco, y en tercer lugar a Ormandi, por ejemplo... A veces pensaba que la aburría con mis meditaciones en voz alta, pero Macarena sabía escucharme y después darme su opinión, aunque no compartía mi dedicación tan extensa a esa música.

--A ningún tipo de música -me decía, sabiendo lo que yo le contestaría.

Y así recorríamos las ofertas que solían aparecer en la tienda, donde siempre comprábamos algo, porque a ambos la música nos era imprescindible. Un día me sorprendió oyendo con deleitación Still loving you, una balada de los Scorpions. Cuando terminó, me dijo:

--¿Y cómo es posible que te guste ese grupo que lo que hace es ruido, en lugar de música?

Tenía razón, pero los Scorpions grabaron 5 golden ballads que nada tenían que ver con sus demás interpretaciones efectivamente ruidosas.

--Pues mira, es que la primera vez que oí esa pieza yo estaba pasando un buen rato, con una compañía muy agradable, y eso tiene la música, que siempre nos hace recordar algo bueno que hayamos vivido, o alguien que hayamos querido... por eso me gusta esa balada.

Y es curioso cómo con la música, al igual que con un ser querido o con alguien que nos resulte muy agradable, el tiempo no corre, y cuando nos da por mirar el reloj nos damos cuenta de que lo que nos pareció apenas minutos resultó muchas horas... por eso el poder de la música, como el poder del amor, es inconmensurable, y a ambos poderes quizás debamos agradecer lo mejor de nuestras vidas, lo mejor de todo el tiempo que hemos vivido sobre la superficie de este planeta, bello y maltratado por sus propios hijos, en el cual estamos obligados a permanecer, al menos disfrutando de esos pequeños (o grandes) placeres, entre los que siempre quedará como uno de los principales la música...

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

elcuiclo.blogspot.com.es

(publicado en La Envolvencia el 27 de febrero de 2011)

lunes, 21 de octubre de 2019

VIVIR PARA SEGUIR VIVIENDO

CAFE Y DOMINO

Mis vecinos son como todos los vecinos y hacen lo mismo que hacen todos los que pueden considerarse como vecinos, aunque no sean mis vecinos: duermen, comen, se mueven, salen a la calle a ver cómo está la cosa, que no está como para tirar cohetes ni voladores celebrando cualquier cosa, y valga la redundancia de palabra (me refiero a la "cosa"), pero que no por eso uno tiene que encuevarse y pelearse con la humanidad ni con el esplendor de una ciudad del llamado Primer Mundo que resplandece ante la mirada curiosa de foráneos o turistas y acostumbrada de nativos y residentes que cuando salen ven lo mismo que ven todos los días que salen sin ningún cambio que amerite la salida que de todos modos y maneras hay que hacer al menos para estirar las piernas, porque si no se entumecen y puede que les causen molestias, bastantes molestas y valga otra vez la... ¡qué parrafada, hombre!

En fin. Pero los hay que no parecen adaptarse a la realidad inevitable. Por eso protestan, se quejan, alzan la voz, escriben cartas, llaman por teléfono, y esperan esas reuniones de vecinos para resolver sus problemas o darle curso a sus inquietudes, aunque saben que en esas reuniones no se va a resolver ningún problema ni se va a dar curso a ninguna inquietud. Pero menos mal que nos queda la esperanza. Porque la fe y la caridad ya pertenecen al pasado reciente. Nada, la crisis, que domina el panorama.

Pues sucede que en el edificio donde vivo las asistentes se encargan de colocar, en los bajos, en varias bandejas de metal ligero, periódicos, revistas, suplementos, etc., para que los que deseen los retiren y se los lleven a sus viviendas para leerlos y después si lo desean, volver a colocarlos en las bandejas o llevarlos a reciclar en los contenedores que se encuentran junto a la parada del autobús 148. Pero ¡ay!, ese afán de leer y saber, de instruirse, de perder el tiempo según la mayoría deslizando la vista sobre el negro sobre el blanco (y a veces en colores), se está perdiendo, lo que me beneficia, porque yo, cada mañana, al bajar, recojo los periódicos y las revistas y los suplementos que me interesan y me los llevo para leerlos después, al regreso, aunque siempre cargo con alguno, sobre todo si es de la fecha, porque me gusta estar al día (y quizás a la noche, por si acaso se adelanta el fin del mundo anunciado por los sabios del mentalismo y la adivinación para el próximo 2012).

De los residentes en el edificio, el grupo de los que todavía continúa trabajando se va a cumplir con su sagrado deber, pero los que no, porque han quedado en el terrible desempleo, o porque ya arribaron a la hermosa edad de la jubilación, ¿qué hacen si no se llevan ningún diario, ninguna revista, ningún suplemento? (algunas damas se llevan las revistas de los famosos, de ésas casi nunca quedan en las bandejas -de salida-). Eso: veamos en qué se entretienen esos inquilinos del segundo grupo, o sea: desempleados y jubilados:

--levantarse tarde
--dormir la siesta (un invento español)
--hacer las compras en el mercadito más próximo
--preparar sus comidas
--tomarse un café en el bar de la esquina
--echar varias partidas de dominó en el Centro de Mayores
--comentar lo jodida que está la situación con todas sus variantes (paro, pensiones, economía, políticos sinvergüenzas, asuntos internacionales, cómo va España, qué frío está haciendo, parece que va a llover, en el TDT se han cargado la mitad de los canales), y si el clima lo permite ir a sentarse en un banco a contarse los problemas personales y por supuesto volver a comentar la situación del país, que eso nunca está de más, y -faltaría más- hablar de fútbol.
--aprovechar (los fumadores) para calarse un pito en el espacio exterior, ya que ni en su propia casa van a poder echar humo dentro de poco tiempo, por eso me decía Don Matías hace unos días que "si la cosa sigue como va, dentro de poco nos van a decir cuándo podemos echar un polvo con la parienta... hay que joderse".

Un personaje este Matías. Pero qué claro está.

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

elcuiclo.blogspot.com.es

(publicado en La Envolvencia el 12 de febrero de 2011)

lunes, 14 de octubre de 2019

LA FUERZA DE LAS PALABRAS

LA APROPIACION DE LAS PALABRAS

Resulta cuando menos curioso (prefiero no usar la palabra que estoy pensando) cómo algunos sectores de la población se han apropiado de calificativos que podrían autoadjudicarse cualesquiera otros sectores. Por ejemplo, el "día del orgullo gay", y al referirse a esa fecha ya sólo basta decir "el orgullo", lo que me hace preguntarme por qué no un día del orgullo agricultor, por ejemplo, ¿o es que los agricultores no están orgullosos de serlo? El caso es que he citado lo del llamado orgullo gay sólo como ejemplo, no es que tenga nada contra los homosexuales, y sí contra aquellos como los fontaneros, los taxistas, las amas de casa, etc., que también podrían reclamar su "día del orgullo..."

+

Otra apropiación indebida que se presta a dudas que se mantienen eternamente sin que ningún poder las aclare o rectifique: "la fiesta nacional".
En todos los países hay fiestas nacionales (en EEUU el 4 de julio, en Francia el 14 del mismo mes, en Cuba (ahora) el 26 de julio (antes el 10 de octubre), en Venezuela el nacimiento de Bolívar, etc.), pero en España hay 2 fiestas nacionales. Sí, nada menos que 2, y mucha gente se pregunta cuál es la verdadera, pues se proclaman como tales el 12 de octubre o día de la hispanidad y las corridas de toros, también llamadas "la fiesta nacional". Nada, que somos un país único en el orbe. Por eso no faltan quienes al referirse a nuestro país lo digan así: "Spain is different". Y tienen razón...

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En España es fácil ser un héroe: sólo tienes que pertenecer a un equipo de fútbol y aunque te pases la liga sin meter un gol, si el equipo logra ganar algún campeonato, sobre todo en el extranjero, al regresar ya eres un héroe, que no sólo goza de la admiración (a veces patológica) de la mayoría de la población, sino de una cuenta corriente millonaria en tu banco, si es que sólo tienes uno. Es frecuente leer en los periódicos cosas como "bienvenidos nuestros héroes", refiriéndose a los futbolistas que regresan con el galardón que los convierte en hijos predilectos del país, obteniendo privilegios y prebendas que no tiene ningún otro sector de la población, exceptuando los políticos y los grandes empresarios. En fin, que conozco a algunos que se han pasado meses sentados en el banquillo sin mover una pierna (a no ser para caminar) y sin darle una sola patada al balón, y es un héroe glorificado por el amor casi enfermizo que se tiene al deporte nacional, al que dedican miles de horas emisoras, canales y periódicos ensalzando esas actuaciones que tanta gloria dan (?) a nuestro país. Porque, ¿qué otros héroes conoce usted que puedan catalogarse como tales? A ver, cíteme alguno...

Augusto Lázaro

elcuiclo.blogspot.com.es

lunes, 7 de octubre de 2019

¿NUEVOS MAYAS?

LA QUE ESTA POR CAER

Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Día de Reyes... Días de encuentros con los seres queridos, de regalos, de fotos, de vídeos, de viajes cortos o largos, de sentir, a pesar de la crisis, esa dulce sensación de que estamos vivos, que ya es bastante, y de que el 2011 no será tan fiero como lo pintan los pesimistas, esos personajes que nunca faltan para echarnos a perder cualquier momento de alegría. Pero eso sí, el determinante en todos estos días es el determinante que el ser humano ha convertido en su razón de vivir: el vil metal. Porque en estos días todo el mundo pensante no piensa más que en qué le va a regalar a su pareja (o a su madre, hermano, sobrina, etc.) o en qué se va a regalar a sí mismo, que eso es muy edificante y alentador. Yo mismo me he regalado, ya que no tengo quien pueda regalármela, una camarita fotográfica con vídeo, para almacenar las fotos en mi galería informática y enviárselas a algunas personas que todavía se ocupan de mí de vez en cuando, "para que no te sientas tan solo", como me dice mi amiga Leila, a la que siempre -junto a su familia- le concedo el "honor" (siempre dudoso) de pasarme el día 25 de diciembre, cada año, en su casa, arroz con frijoles mediante, y regresar a mi espacio pensando que todavía existen en el mundo personas buenas, agradables y sanas...

Y es cierto: todavía existen en el mundo personas buenas, agradables y sanas, sólo que las personas que no son buenas ni agradables ni sanas están alcanzando la mayoría absoluta y muy pronto primarán sobre las que todavía lo son, para desgracia de la minoría que quedará como un recuerdo de lo que fue y no es. No, yo no soy pesimista, qué voy a ser. Si conocieran a mi amigo Marcelo, se quedarían de un palmo, porque ése sí que se las trae. Oigan el vaticinio para el 2011, sintetizado, por supuesto, porque con la que está cayendo no hay tiempo para adentrarnos en lecturas largas y profundas. No, amigos, ya eso pertenece a los museos de los tiempos felices... que no volverán, a no ser que se tenga una cuenta corriente en un banco importante como el BBVA, con cifras de más de 6 dígitos. Entonces sí la vida será hermosa para sus titulares, que es como se denominan los dueños de esas cuentas que erizan los pelos. O sea, de 12'000,000.00€, por ejemplo.

Dice Marcelo que en 2011:

todo será igual o peor, las pensiones bajarán porque los precios subirán, todo será más caro, el terrorismo no se acabará, más bien lo contrario, dentro y fuera de España, las guerras seguirán provocando muertes y más muertes y por el puro gusto de guerrear de algunos dueños del planeta, porque ninguna de las actuales guerras cambiará la faz de ninguno de los lugares donde se ejecutan, el agua escaseará mucho más, el calor aumentará, los ánimos se caldearán progresivamente, la población mundial aumentará a pesar de las guerras y las muertes por otras causas más bien naturales, los políticos serán cada vez más descarados e hijos de la gran, los pueblos seguirán dejándose embutir por ellos, las dictaduras de izquierda (que no son dictaduras para la izquierda) y las de derecha, aumentarán en número y en impostura, habrá más familias al borde del hambre, esto será una especie de desbarajuste, de hecatombe, de desparpajo, de la peste el último, de sálvese quien pueda, de la ley del más fuerte, del acabose, de apaga y vámonos, de corre que ahí viene el Ministro, de deja la tele que no hay nada que sirva, de acuéstate a dormir, que es lo mejor que haces, de confórmate con un café con leche, de no vayas a la manifestación, que no va a servirte para nada, de muera el poder, de Internet para todos para que todos se enteren de que esto es una mierda, etc. ¿Pesimista yo? Lo que hay que oír...

¡Ah, sí! Todo esto antes señalado que parece un panorama apocalíptico, pudiera cambiarse, mejorarse, evitarse... pero ¿quién le pone el cascabel al gato? Al menos aquí los ratones no están por la labor. ¿Dónde entonces? ¡Ah! Buena pregunta.

Augusto Lázaro

elcuiclo.blogspot.com.es

(publicado en La Envolvencia el 7 de febrero de 2011, pero podría señalarse como publicado hoy mismo, ¿verdad?)

NOTA: Como habrán podido observar mis seguidores, he desactivado mi cuenta de Twitter, por lo que quienes deseen contactar conmigo deberán hacerlo por la vía de mi teléfono móvil (celular) o de mis blogs (laenvolvencia.blogspot.com, laenvolvencia2.blogspot.com, elcuiclo.blogspot.com.es) o por mi correo electrónico. A todos, mi agradecimiento por haberme leído hasta ahora. No obstante, en estos blogs podrán encontrar todo lo que he publicado anteriormente en distintos medios informáticos...

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