lunes, 24 de febrero de 2020

EL QUE PERSEVERA...

SUSPIROS DE ESPAÑA

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Me pregunto por qué tengo que soportar que un grupo de personas se haya adueñado de un espacio (de muchos espacios) de Madrid (y otros lugares de España), estableciéndose allí como si fueran dueños y señores de ese lugar, y se mantengan ante la blandenguería y la tolerancia de las autoridades que cobran por mantener un orden que no mantienen, y hayan convertido ese lugar en una especie de chabola céntrica llena de aditamentos que de agradables y bonitos no tienen nada, ante la mirada curiosa, asombrada, molesta, o quizás resignada de la población que pasa diariamente por allí, gran parte de ella sin comprender por qué y hasta cuándo van a estar afeando, ensuciando y ostentando un "aquí me pongo aquí me quedo", riéndose de quienes cumplen la orden de sólo mirarlos y si acaso reírse del panorama totalmente anormal que vigilan, no sé para qué. Que yo sepa, nuestra Constitución ampara y garantiza el derecho de los ciudadanos a manifestarse en las calles una hora, dos, diez, una mañana, pero no dice nada de que cualquiera pueda fijar su "residencia" en cualquier lugar de cualquier ciudad y quedarse ahí plantado como estaca de cerca, por sus timbales, sin que nada ni nadie lo impida. Y estos llamados indignados parece que han impuesto su "poder" ante unas autoridades que con su dejación y tolerancia pierden el poco respeto que ya les tiene la población...

2

En cualquier país civilizado que se respete, la traición a la patria se juzga y se condena: en algunos incluso con la pena de muerte (donde ésta esté vigente), en otros, con cadena perpetua, y en bastantes, con penas suaves que pondrían a los traidores de patitas en la calle en muy poco tiempo, basándose en trucos, chanchullos, reglas absurdas, etc., aplicadas en España con bastante frecuencia: no hay más que ver a grandes asesinos como De Juana Chaos (25 muertes) y Troitiño (22) que están en la calle gozando de libertad y de derechos, cosa que no se ve en ningún otro país de nuestro entorno, mientras el señor Montes Neiro, sin haber cometido un solo delito de sangre, lleva cumplidos más de 35 años entre rejas... Pues bien: aquí en España los traidores (no encuentro un calificativo más suave, perdonen mi rudeza) gozan de libertad sin condición, y el caso más representativo es el de los 6 miembros "progresistas" del tristemente famoso Tribunal Constitucional (que al igual que el Senado y el Consejo de Estado debería desaparecer por innecesario e inoperante) que han colocado en las instituciones democráticas a proetarras que sólo darán caña y promoverán la independencia del llamado País Vasco, así como recibirán millones de euros y datos sobre ciudadanos españoles, muy peligrosos en sus manos en caso de que ETA decida continuar con sus atentados. Sin dudas este país necesita un gobierno de mano dura que termine de una vez con esa blandenguería cómplice con quienes pretenden destruírlo a toda costa, ante la inoperancia de quienes gobiernan y son incapaces de tomar las medidas que la situación y el pueblo burlado reclaman hasta ahora pacíficamente.

3

Se supone que los trabajadores deben contribuir con una cantidad de dinero de sus sueldos a mantener a los llamados "liberados" (o sea, dirigentes que no trabajan ni estudian para ocuparse de los asuntos de esos trabajadores que deberían mantenerlos con sus sueldos) mediante los sindicatos que deben estar siempre y bajo cualquier circunstancia al servicio de los trabajadores (y de los que no trabajan porque están en el paro). Como sucede en casi todos los países llamados civilizados. Pero en España no es así: en primer lugar, hay demasiados liberados, demasiadas personas cobrando un sueldo que no hacen (casi) nada por los trabajadores, aparte de darles mítines y darle a la lengua, de aquí para allá y de allá para aquí. Y como en tantas otras instancias, donde hay diez podría haber dos. En segundo lugar, aquí a los sindicatos los mantiene el gobierno de la izquierda, otorgándoles sumas astronómicas precisamente para que esos liberados, y sobre todo los grandes dirigentes de las grandes organizaciones sindicales (UGT y CCOO) tengan un nivel de vida que en lugar de supuestos defensores de los que trabajan o están en el paro, parecen ser testaferros de los grandes burgueses dueños de grandes empresas que viven rodeados de un lujo que la mayoría de los trabajadores ni siquiera puede imaginarse que existe. Y en tercer lugar, son tan innecesarios estos sindicatos que sólo apoyan lo que de verdad resulta negativo para la sociedad, como el traslado de la edad de jubilación, de 65 años actualmente, hasta 67, con el consabido disgusto y los problemas que esta medida puede traer: ahora en este pais para cobrar una pensión completa habrá que trabajar la vida entera (38 años) cuando hasta ahora eran sólo 25. De verdad que al igual que el TC., el Senado y el Consejo de Estado, estas organizaciones de farsantes debería desaparecer... ¿O es que sirven para ALGO?
De que algo tiene que suceder no lo duda ni El Tato. De lo contrario, a España habría que cambiarle el nombre y ponerle algo así como IMPUNILANDIA, para vergüenza de quienes todavía la tienen... Y este pueblo noble, generoso, solidario, no merece soportar por más tiempo semejante situación de esa pequeña minoría que lo ensucia, lo degrada y lo desprestigia en todo el mundo...

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

elcuiclo.blogspot.com.es

(publicado en La Envolvencia el 6 de julio de 2011... pero no parece que la situación haya cambiado mucho... ni poco)

lunes, 17 de febrero de 2020

INSISTIR ES VENCER

INSISTENCIA ES TRIUNFO

Una vecina de edad mejor no publicable me ha invitado 2 veces a asistir con ella a algún acto cultural de los muchos que se realizan en la ciudad de Madrid. La primera vez me negué porque me invitó dos horas antes de la celebración del acto, y no acostumbro a arrancar de ahora para luego, como se dice, a ningún sitio. La segunda (era un concierto musical en el Auditorio) me entusiasmó, aunque el aviso fue sólo un día antes, pero al ver el programa, se me quitó el embullo, pues no me había informado la aludida de lo que íbamos a oír y presenciar. El caso es que me quedé con cierta molestia conmigo mismo, porque la vecina, que es una mujer culta y dulce, decente y educada, no se merecía esa negativa, y nada menos que por segunda vez...

Sin embargo, cuando me llamó y me dijo que no volvería a intentarlo, me quedé pensando en que se había rendido muy pronto y que no había seguido el refrán que dice que "a la tercera va la vencida". Se lo dije, pero no me contestó nada al respecto. Enseguida recordé una película italiana de los 60 donde en uno de sus episodios se narra la muerte de un empresario famoso y por supuesto millonario, que dejó una viuda (Ursula Andress interpretaba a la "desolada") que a primera vista (y a segunda también) estaba realmente apetitosa hasta dejar la boca abierta. El caso es que un fotógrafo muy aficionado al cuerpo femenino llama a su puerta con el fin de hacerle una entrevista, pidiendo perdón de antemano por la prisa, ya que el difunto no hacía una semana que se había ido del mundo de los vivos vivientes...

Por supuesto, la viuda dice NO y le tira la puerta en las narices. El fotógrafo, no acostumbrado a rendirse a la primera, insiste: vuelve a tocar la puerta y esta vez alcanza a decirle algunas frases a la susodicha, que ella resiste, quizás para no parecer grosera, pero al final, vuelve a cerrar la puerta tras decirle que de aquello nada y demás. El fotógrafo, nada perezoso ni mucho menos corto, toca la puerta por tercera vez y trata de explicarle a la señora lo positivo que sería esa entrevista para preservar la fama de su extinto como animador del progreso empresarial de la ciudad y el buen nombre de su esposo, y lo mucho que le debe este condado, y usted misma, señora, verá que esto le va a hacer mucho bien, y etc. Esta vez, la viuda abre la puerta del todo y después de unos segundos de duda, hace pasar al fotógrafo, con la promesa de que sólo unas breves preguntas y adiós...
El caso es que el fotógrafo, al final, después de atolondrar a la viuda con palabrería que no dejaba casi respirar ni rechistar, termina, como era de esperar, en la cama con la angustiada señora que al menos durante el tiempo que duró el encuentro horizontal pudo olvidarse de la gran pena que la embargaba por la desaparición física de quien fuera durante tantos años compañero de su vida y marido ejemplar, de acuerdo con el rango social que ostentaba... Sin dudas, una buena verborrea, bien administrada y sobre todo convincente (esa de la que sólo algunos privilegiados pueden presumir) es capaz de hacer milagros. Pero eso sí, cuando va acompañada de la insistencia, de la perseverancia, del nuevo intento de quien no se rinde tras un par de negativas, dicho esto sin alusión personal a mi vecina para animarla a un tercer intento que en nuestro caso no pasaría, naturalmente, de una noche agradable sin ningún otro acontecimiento adicional...

En resumen, que como dice el refrán tan certero: "el que persevera... triunfa".

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

elcuiclo.blogspot.com.es

(publicado en La Envolvencia el 1 de julio de 2011)

lunes, 10 de febrero de 2020

EL PODER: EL ENEMIGO

EL PODER SIEMPRE OPRIME

Dicen que el poder corrompe. Y es cierto. Sobre todo a quienes lo detentan demasiado tiempo. Y demasiado tiempo es, por ejemplo, 10 años, 20 años, 30 años, como el tiempo en que todavía muchos jefes de gobierno o de estado se mantienen ante unos pueblos impotentes (?) que no han podido sacudirse semejantes lastres. No hablemos de casos excepcionales como el cubano, cuyo gobierno lleva ya en el poder la friolera de... ¡51 añitos! (actualmente casi 57) Parece cine fantástico, pero es real. Para bien de algunos y para mal de muchos. Pero en fin, que así está la humanidad y así es esta época en que nos ha tocado vivir.

Un amigo gallego (de Galicia guardo muy buenos recuerdos por la generosidad de su gente) me dijo una tarde, en el DERBY, en Santiago de Compostela, saboreando una merienda algo frugal pero sustanciosa, que "el poder siempre oprime". Fue por el año 1999, al borde de alcanzar el próximo milenio, en el cual tanta gente tenía cifradas esperanzas ingenuas en que este mundo cambiaría para mejorar, porque "no podemos seguir así", coreaban muchos. Y pensando en esas cortas y tajantes palabras de mi amigo, llegué a la conclusión (por enésima vez) de que era cierto: el poder siempre oprime... al más débil, por supuesto. Y enfrentarse al poder, cuando sólo se cuenta con la razón, es como intentar matar moscas soplándolas.

Sin dudas, el hombre se siente a veces impotente ante el poder, cuando éste se ejerce de juez para juzgarlo, de jefe para ordenarle, de amo para esclavizarlo, de empleador para darle un trabajo que quizás no sea pagado como requeriría la labor del nuevo subalterno, que ve sus derechos pisoteados cuando no hay un organismo de base que lo defienda, y en el caso de que lo haya, no aparezca una justicia que haga la ídem que el caso amerita y exige. Por eso cuando un ser humano tiene que enfrentarse al poder establecido, aunque este poder se haya constitjuido mediante el voto democrático en elecciones donde participa una parte (nunca toda) de la sociedad, tiene el 90% de posibilidades de perder, y no digo que el 100 para no pecar de exagerado, que en la práctica no lo es, pero para darle un margen de bondad al poderoso Estado que parece inconmovible y al que ni siquiera a cañonazos se puede suprimir. El siguiente poema es una muestra de la mezcla pesimismo/realidad, que ojalá sólo quedara en versos provocados por el hastío de esperar que el olmo acabe de dar peras...

IMPOTENCIA ANIQUILADORA

Te sientes sacudido en medio del tornado
de la burocracia
que te machaca “los cojones del alma”*
hasta el agotamiento de tu insistencia en ver el vaso
medio lleno (pobre iluso que creíste lo que te dijeron)
y todavía dudas quizás recordando aquello tan lejano
de que la duda es lo único cierto.
Dudas mareado y sin perdices en una vereda que se difumina
hacia uno y otro lado de tus ojos:
¿doy la batalla contra el poderoso aparato
del Estado?
¿Me resigno a continuar borregueando a merced
de las pocas mercedes que Don Estado me lance
sin mirarme a los ojos en mi cuerno
de la escasez y la carencia permanentes hasta quién sabe
si post mortem?
¿Qué hago entonces, qué puedo hacer entonces
para librarme de estas madrugadas de ojo abierto
y de respiración acelerada
estrujando las sábanas inútilmente esperanzado
en que antes de la luz estaré ya morfeando?,
porque no hay insomnio que dure tantas noches
ni tantos desvelos en un túnel sin fondo.
Pero deja de pensar, insolente, desvalido,
no lo vuelvas a intentar, no lo vuelvas
a sufrir (¿es que eres masoquista?).
Pienses lo que pienses,
digas lo que digas, hagas lo que hagas,
y sobre todo, envíes lo que envíes
(cartas, solicitudes, documentos,
toneladas de papel emborronados o tecleados
en horas raptadas al sueño, cuando haya algo de sueño),
todo será inútil, pobre hombre desamparado y solo
como un farero en su noche de tormenta:
el Estado terminará machacándote sin compasión
porque el Estado es el poder que siempre,
en cualquier circunstancia,
machaca, machaca, machaca,
sin mover un solo músculo de su rostro cancerbérico.

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

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(publicado en La Envolvencia el 27-6-2011)

lunes, 3 de febrero de 2020

LA QUE MANDA

¡OH, LA INFORMATICA!

Internet es como las mujeres: se le acepta o se le rechaza, pero pretender entender sus intríngulis es perder el tiempo, además de molestarse inútilmente ante una situación que no tiene solución posible. Así son ellas y así es él. Las mujeres han sido siempre, desde que el mundo como tal existe, imprescindibles. No concibo vivir sin ellas, a pesar de lo que puedan darme de negativo. Porque siempre recuerdo lo que de positivo he recibido de cada una de las que he conocido íntimamente, e incluso amistosamente. Pero hoy por hoy, con los discutibles avances de la sociedad humana, el (la) Internet se ha convertido en algo también imprescindible, a tal punto que la mayoría de las personas que conozco que suelen conectarse con esa "maravilla", me confiesan que no conciben la vida sin Internet. Por supuesto que Internet es casi imprescindible en la vida moderna, pero pasará también, como tantas otras cosas que han llegado y se han ido, olvidadas o superadas por nuevas cosas que llegarán para llenarnos el tiempo que hoy invertimos en la informática. Lo que nunca pasará son las mujeres, porque ellas tienen la magia de convertirlo todo en eso que a veces nos cuesta trabajo reconocer: amor. Y quien lo dude o no lo crea, es que nunca ha sentido ese sentimiento que ennoblece al ser humano, especialmente cuando se siente por una mujer...

Pero volviendo a la informática: cuento no sólo con mi propia experiencia, sino con la de algunos amigos como Alex Sanamé y sobre todo, con la reacción ante cada trastada del ordenador conectado, de Juan Maguey. Confieso que envidio su talante para enfrentarse a cualquier asunto para él intrascendente, que para mí sería casi como un estado de sitio (soy una especie de obsesivo-compulsivo que no tiene remedio, según mi hija mayor). Juan se echaría a reír ante lo que acaba de sucederme:

Leo un artículo interesante sobre Jorge Luis Borges en LIBERTAD DIGITAL y quiero enviárselo a otro amigo lejano, Rodolfo de la Fuente, y lleno las pestañas habilitadas para esa tarea. Pues bien, al pinchar "enviar" me sale un letrerito (detesto estos letreritos) que dice que el correo electrónico del destinatario no es válido o algo parecido. ¡Le zumba la berenjena! Reviso lo que he escrito que me sé de memoria y veo que está OK, vuelvo a pinchar "enviar" y vuelve a salirme el letrerito. A veces a uno le sale lo que tiene de salvaje dentro y siente deseos de tomar el aparato y lanzarlo por la ventana hasta verlo caer, cuatro pisos abajo, y hacerse añicos, y entonces sonreír, saboreando la "venganza" contra el inocente ordenador (computadora) que no tiene la culpa de que Don (doña) Internet se complazca molestándonos con desatinos absurdos, ridículos, injustos, estúpidos y unas cuantas cosas más que no voy a enumerar para no aburrir a quienes me hacen el honor de leerme.

--Pero hombre -me dice Juan cuando le cuento estas cosas-, tómalo con calma, que todavía te faltan por tragar muchos sinsabores informáticos...

Y como el café nos espera en Méndez Alvaro (ahí nos encontramos), decido que lo mejor es sonreír y dedicar menos tiempo a Internet y más a vivir, que como dice el dicho, "son dos días". Y vale, Juan, pero hoy te toca a ti pagar...

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

elcuiclo.blogspot.com.es

(publicado en La Envolvencia en junio de 2011)

pd: Juan Maguey falleció, según ya informé recientemente. Un gran amigo y una buena persona

ENVOLVENCIAS

 1 Ahora que los virus están de moda: fue un virus (de la peste negra o bubónica) el culpable de la muerte de los amantes de Verona. La hist...