lunes, 30 de noviembre de 2020

LA GUERRA: ¡MALDITA SEA!


 (Por su actualidad repito esta entrada publicada hace casi una década que, como se verá, no ha cambiado en casi un ápice)

¿PARA QUE LAS GUERRAS?

¿Qué sucedería si el señor Barack Hussein Obama, Premio Nobel de la Paz, decidiera retirar todas las tropas de Estados Unidos destacadas en Afganistán, Iraq, Libia, Siria, Líbano, y en todos los demás países donde Estados Unidos mantiene ejércitos regulares, siempre en tareas bélicas, y siempre con goteros de cadáveres que son enviados a su patria envueltos en la bandera norteamericana y con mensajes de condolencia a sus seres más queridos? Pues voy a correr el riesgo de parecer un extremista antibélico, y que muchos se burlen de mi punto de vista, pero ahí les va lo que yo creo que sucedería, sin ninguna duda:

--el 90% de los ciudadanos de Estados Unidos celebraría esa decisión.

--los "americanos" serían mucho menos odiados en todo el mundo.

--Estados Unidos se reafirmaría como una súper potencia a la que ninguna fuerza (y ahora ninguna sorpresa) pudiera atacar impunemente.

--dentro de la crisis que atraviesa, volvería otra vez a alcanzar los más altos niveles de vida que siempre tuvieron, por encima, bien distante, de cualquier otro país, sin temor a una nueva recesión jamás.

--el señor Barack Obama recuperaría parte de la estima que poco a poco ha ido perdiendo entre la población de ese país.

--se ahorrarían miles de valiosas vidas caídas en empeños casi siempre inútiles, avalados por supuestas convicciones y necesidades inexistentes de actuar como si fueran los "salvadores" de la humanidad que tienen el deber idealizado tontamente de acudir a cualquier sitio del planeta donde los políticos crean que el país debe actuar por esta u otra razón, defendiendo la libertad, la democracia, los derechos humanos, etc., que se defenderían muchísimo mejor resguardando las fronteras y aplicando otra política, manteniendo la más poderosa economía de La Tierra, y con eso obviando la solución militar tantas veces aplicada sin seguridad de victoria, como es el caso de Afganistán, como solo ejemplo, actualmente.

Pero eso no sucederá: la mentalidad de los políticos de Estados Unidos está acostumbrada, asimilada y adaptada a enviar y mantener tropas que originan gastos materiales y humanos y críticas en todo el mundo, y es casi imposible imaginarse, sólo imaginarse, un nuevo dirigente que piense primero en su patria y en los ciudadanos que gobierna y que no quieren guerras, sino paz, trabajo, progreso y bienestar, y desactive esa obsesión militar que tanto daño ha hecho, mucho más que el beneficio que pudiera compararse en esas aventuras descocadas en donde se han involucrado, sin siquiera la seguridad de un triunfo que no obtuvieron en Viet Nam al igual que no obtendrán en Afganistán donde miles de soldados no son capaces de evitar atentados, bombas, golpes arteros al gobierno elegido y tan débil que con sólo soplarlo se dobla. Y no hablemos de Iraq, donde diariamente (¡diariamente!) mueren personas, entre ellas norteamericanos, por las mismas (atentados, bombas, golpes arteros, etc.), sin que esa enorme cantidad de tropas pueda evitar esas fábricas de cadáveres que caen supuestamente por defender una libertad que no existió antes ni existe ahora ni existirá cuando tengan que salir esas tropas de ambos países, por la propia característica de esas sociedades.

Creo que Estados Unidos debe ser un baluarte de la libertad en todo el mundo y ayudar, además de económicamente, militarmente, a un país amigo y aliado si éste se encuentra ante una amenaza real de invasión por otro, al que no pueda vencer con sus propios medios. Eso es lealtad con los amigos, con los aliados. Pero de ahí a dedicarse a invadir territorios donde tras una ocupación formal o consensuada pasa el tiempo y no se ven progresos, más bien al contrario, como los casos de Iraq y Afganistán, pienso que no es más que una estupidez que no tiene ningún sentido ni beneficiará a la gran nación americana ni ahora ni nunca. Y que no puede justificarse con el consabido sonsonete de “si sacamos las tropas qué será de ese país”, argumento que no se sostiene ante la situación y el resultado de mantenerlas, como hasta ahora.

Sería muy positivo que el señor Obama y su equipo de gobierno analizaran cuidadosamente esta situación y tomaran una medida que, si no en su totalidad, retornara a la mayoría de sus tropas a la patria, tan enlutada con tantas muertes inútiles que a nada bueno pueden conducir, y eso se está viendo en una población cansada y aburrida del abandono en que se ve sumida en aras del llamado "destino manifiesto", fracasado ante la opinión mundial que cada vez se hace más crítica con esas intervenciones por decisión solitaria, muchas veces sin consultar a las naciones que pretenden "liberar" y no terminan liberando, porque en esta época, sin lugar a dudas, los "malos" nos están ganando la batalla en todos esos territorios...

Augusto Lázaro

Nota: ya había terminado de escribir esta entrada cuando Obama anunció el total desplazamiento de las tropas en Iraq. Quizás estemos viendo el principio de mi solicitud, que es la solicitud de millones de norteamericanos.


Augusto Lázaro

(publicado en La Envolvencia el 27 de octubre de 2011)

lunes, 23 de noviembre de 2020

ESTAMOS ENVUELTOS EN LA FARSA


 ENVOLVENCIAS

He desactivado mi cuenta de Twitter definitivamente. Hace algún tiempo estaba por hacerlo, pero no me decidía, a pesar de que estaba consciente de que esa red, al igual que las demás, era una perdedera de tiempo, pues no resolvía nada, y en mi caso peor, porque dese hace semanas nadie me contestaba ni me enviaba opiniones sobre lo que yo escibía, que era, claro, lo que yo pensaba y pienso sobre todos los asuntos que traté. Pero lo que le dio el golpe de muerte a Twitter en mi caso fue que cuando estaba leyendo los tweets en mi cuenta, de pronto aparece un gran cuadro para convencerme "a la cañona", o sea, de cojones, que debía ACEPTAR las cookies y otras cosas que se apoderarían de mis datos personales y... etc. Y mientras yo no pinchara esa santa palabra al final del cuadro que no me dejaba leer: ACEPTO, no podia continuar leyendo los tweets. Y hasta ahí llegó mi amor. Los descarados que colocaron ese anuncio para obligar a los usuarios a ACEPTAR lo que ellos querían saber, que les pasen a sus abuelitas con moño y velo sus exigencias ilegales y, como decimos en Cuba, "a lo machonga". Fue un placer... o no... haberlos conocido. Sigan así, van por un camino prometedor de grandes éxitos...

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Otro asunto que se las trae son los anuncios publicitarios en la TV: creo que hay por ahí perdida una de esas leyes inútiles que ordenaba a las empresas que sólo podían dedicar 5 minutos cada media hora para sus anuncios... ¡Ja ja ja! Como aquí nadie respeta las leyes, pues la tele no podía ser menos, y comenzó a extender esos 5 minutos hasta el máximo posible, y actualmente tienen el truco de "volvemos en 7 minutos" (y no cada media hora, sino cada 10 ó 12 minutos) que nunca son 7, sino más, y resulta que usted está viendo una película o una serie o lo que le dé su gana, y de pronto se la cortan y ¡pum", VOLVEMOS EN 7 MNUTOS ( veces más, a veces menos), y a hacer zapping para encontrarse con el mismo anuncio en cualquier otro canal que haya puesto... en fin, que si usted desea comprar un teleanuncios (y política o futbol, de ahí no pasa), pues cómpreselo, es su dinero y usted tiene todo el derecho a tirarlo en el latón de basura más cercano y sobre todo, más prometedor de hacerle pasar grandes ratos disfrutando de... los bellísimos y repetidísimos anuncios, hombre...

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Ultimamente parece que quienes nos gobiernan (confieso que no lo sé a ciencia cierta, a veces creo que Sánchez, otras que Iglesias, otras que... en fin, quien o quienes sean, intentan imponernos cualquier cosa que se les ocurra, sin que la opinión de nsotros los ciudadanos aparentemente libres les importe una mierda. ¿Que hay que encerrarse en su casa desde las 10 de la noche? Pues a encerrarse, a confinarse, que así vamos a derrotar (¿en qué año?) el maldito virus (del que todos los que mueren son víctimas, pues ya aquí nadie muere por otra causa). ¿Que hay una vacuna de las 24 que varios países declaran que es la buena de verdad? Pues a vacunarse por decreto, qué carajo, aunque esa vacuna en cada organismo no funcione igual y hasta puede que en algunos sea peor el remedio que la enfemedad... ¿que hay que eliminar nuestro idioma oficial? Pues a eliminar el español, que esto ya no es España,  véase cómo habrá que llamarla, porque no conozco ningún caso de un país donde se elimine el idioma oficial de ese país... ni los más bárbaros... ¡Ah! pero eso sí, estamos gobernados por un grupo de sabios infalibles, que me recuerdan esa serie de la TV en que existe un grupo integrado por los más brillantes cerebros del planeta: me refiero a SCORPION, ¿no la ha visto? Pues ya la está viendo en España, aquí cerquita, en el gallinero llamado Congreso de los Diputados. Yo prefiero llamarlo el GIMNASIO...


Augusto Lázaro

martes, 17 de noviembre de 2020

NO VALIO LA PENA


 ¿HA VALIDO LA PENA?

Hace años, no sé cuántos, vi un documental de Harry Belafonte titulado A VECES MIRO MI VIDA, donde el gran artista analizaba la trayectoria de toda su existencia, cuestionándose algunos aspectos de lo que había hecho al enfrentarse a situaciones trascendentales en las cuales no estaba totalmente seguro de que había hecho lo correcto. Al regresar a mi casa me puse a pensar, y recordando el documental decidí yo también echar un vistazo a mi vida, desde que tuve uso de razón y de memoria. Y al final me atenazó una sola pregunta: ¿valió la pena?

En el aspecto personal, o sea, en las decisiones y ejecuciones que sólo dependieron de mí, me reafirmé lo que siempre me repito que ya pasa a ser un disco rayado: si pudiera volver a vivir, todo lo haría distinto, y aquí entran mis fracasos matrimoniales, mis cambios de trabajo, mis estudios de Economía que de nada me han servido después por no haberme dedicado a ese giro, y otras cosas que mejor sería descartarlas por inutilidad en su recuento.

Pero en el aspecto social o general, o sea, en aquello que no dependió de decisiones propias, la pregunta cae con mucho más peso. En el último medio siglo de vida en mi país de origen, tanto sudor, tanto sacrificio, tanta dedicación a una causa perdida de antemano que jamás había dado ni daría resultados positivos en nignún punto cardinal, tanta ilusión inútil, tanta confianza en ideales irrealizables, tanto dejarse embaucar por aquellos nuevos (y actuales / eternos) salvadores supremos que nos llenaron el raciocinio de mentiras hermosas sobre un futuro luminoso que yo no pude ver, que mis hijos no han podido ver, que quizás mis nietos no podrán ver nunca... todo eso, ¿valió la pena?

Porque la vida se nos va demasiado rápido, a veces casi sin darnos cuenta de que se nos ha ido, y cuando llegamos a esa edad que algunos pretenden vendernos como "hermosa", la visión del pasado martilla implacable, conscientes de que ese pasado, además de no poder cambiarlo, no podremos repetirlo, para vivirlo como hubiéramos querido vivirlo, sin tantos errores cometidos y sin tantos sacrificios inútiles padecidos por no saber a tiempo tomar decisiones que quizás hubieran cambiado nuestra vida y actualmente no estaríamos arrepintiéndonos de no haber hecho lo que una vez pudimos hacer y no hicimos.

No es un juego de palabras: cualquier persona que pase de la media rueda desearía, al seguro, haber vivido otra existencia, sobre todo en el aspecto de los errores cometidos que provocaron que su derrotero fuera por un camino que no había sido el mejor. Y Cuba es una muestra fehaciente de cuán inútil resulta enfrascarse en un proyecto que no tiene futuro, sino una repetición de la misma promesa adornada con la misma justificación por no cumplirla. Después de medio siglo de "ilusiones perdidas", sometimiento, sacrificio, carencia, espera y desengaño, volver a aquella realidad que dejamos atrás hace cincuenta años, mientras que durante el sueño convertido en pesadilla cayeron infinidad de amigos, familiares, conocidos, gente que muy bien podía haber vivido en otra realidad de no ser por la impuesta que logró engañar "a una parte del pueblo casi todo el tiempo".

Y dentro de esa pérdida vital está mi vida, como la de tantos que ahora, demasiado tarde para recomenzar un nuevo itinerario, tienen que conformarse con observar en silencio el inminente e inevitable retorno a lo que fuimos algún día, tan lejano ya en el horizonte del recuerdo que casi no nos acordamos. Pero sobre todo, casi no nos acordamos de cómo todo eso pudo suceder...

Augusto Lázaro

(publicado en La Envolvencia el 23 de octubre de 2011)

martes, 3 de noviembre de 2020

¿VOLVER A PERDER EL TIEMPO?


 ¿VUELVE LA POLITICA?

--¿Por qué ya no escribes casi nunca sobre la política?

--Porque la política me da asco. No sabía que te interesara.

--No me interesa, pero me gustaban tus comentarios, algunos acertados, otros no.

--¿Y por qué no me escribiste en el mismo blog tus opiniones sobre los desacertados?

--Bueno... soy haragana para ponerme a escribir opiniones. Prefiero decirlas, aunque en este caso, como nunca nos vemos, no he podido cumplir con mi preferencia.

--Estás a tiempo, ahora mismo, si quieres. Oye, ¿has probado el helado de turrón?

Mi amiga M. E. no había probado el helado de turrón, ni siquiera sabía que existía un helado hecho con turrón de Jijona, ese al que llaman blando. Lo pidió, y desde el primer contacto con su paladar quedó encantada del encuentro con ese sabor nuevo para ella que la embriagó tanto que decidió repetir.

--Cuidado con la gula, que el helado engorda. Y además, puedes pescar una indigestión.

--¿Desde cuándo tú eres especialista en gastronomía? ¿O es alguna de tus virtudes entre comillas que yo también desconocía?

--Sigues siendo tan irónica como siempre. Deberías hacerte socia mía en el blog, contigo en el dúo causaríamos sensación. A la gente le hace falta el humor, pues España está tan vapuleada por los políticos que el humor se está haciendo imprescindible, para ver si se calman los ánimos.

--Vaya, llegó la política. Desde luego que no podemos prescindir de ella en la conversación.

Pero nos despedimos sin darle cuerda al tema, porque lo que le dije lo siento de verdad: la política me da asco, aunque como me decía Manuel en nuestros encuentros añorados por su desaparición por causas ajenas a ambos, supongo, "la política es fascinante", repitiéndole yo constantemente que no le veía esa fascinación por ninguna punta del ovillo.

--Si no se la vieras no hubieras escrito tantas cosas sobre la política, ni hubieras hablado tanto sobre el asunto.

No me quedó más remedio que aceptarle la observación. Pero tenía otros argumentos y así se los expuse.

--Pues mira, ¿sabes lo que pienso? Que puede vivirse sin políticos perfectamente. Creo que seríamos mejores y más felices sin esos especímenes que tanto nos machacan.

--Estás mal de la chola, chaval.

Pero mi última aseveración lo dejó patidifuso:

--Y te digo más: incluso creo que la sociedad puede darse el lujo de vivir sin gobierno (aquí lanzó una carcajada y me miró con lástima, pensando que yo estaba de ingreso, pero le di el golpe mortal con sólo 5 palabritas). ¿Qué me dices de Bélgica?

Manuel me dio una fuerte palmada en el hombro que casi me rompe la clavícula, y movió la cabeza, de izquierda a derecha y viceversa. Al seguro que pensó que yo no tenía remedio.

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

(publicada en La Envolvencia el 19 de octubre de 2011)

ENVOLVENCIAS

 1 Ahora que los virus están de moda: fue un virus (de la peste negra o bubónica) el culpable de la muerte de los amantes de Verona. La hist...