jueves, 7 de marzo de 2019

POEMA 42


RAZONES DE LA BESTIA

Yo soy el Minotauro que afanosamente
busca una salida hacia su sed de sangre:
he de morder la paz, he de despedazar toda esperanza,
he de comerme las entrañas de la última oportunidad,
cubrir de oscuridad la primavera,
incrustar un candado gigante
en todas las fronteras, desatar los truenos
del Apocalipsis
que frustren peregrinaciones a la tierra prometida.
Porque yo soy el Minotauro y de mi puta madre
Pasifae
heredé solamente la insidia, y no quiero
decir lo que heredé de Poseidón, mi creador
por carambola,
regocijado en su rencor satánico
con este encierro mío laberíntico e injusto
donde rompen el silencio solamente los gritos anuales
de las siete doncellas y los siete imberbes
a mí sacrificados
cuando crujen sus huesos al son de mis colmillos
y los arbustos de cada sendero se tiñen de púrpura.
Sí, yo soy el Minotauro, el engendro asqueroso y asqueado
del aire exterior enrarecido
por los depredadores del siglo terrible
en este planeta condenado por la furia mesiánica
milagrosamente rotando todavía, escapado
de tanta barbarie enfrascada en la insana intención
de destruirlo
aun antes de que las campanas proclamen el inicio
de la última cruzada
a principios del milenio que comienza.
Yo soy el monstruo asqueroso y asqueado
de esa máscara aglutinadora
de sonrisas hipócritas y crímenes perversos
conocida como ser humano rey del planeta Tierra
condenado a disolverse en un gran éxodo
de sentimientos solidarios
cuando el lobo motivado busque el último refugio
en el infierno (allí estará seguro)
y la promesa alada de Rubén Darío haya caído
exánime sobre la nieve sin cantar al azul desfalleciente
mientras los tigres de Bengala desfallezcan
ametrallados por las crueles ráfagas
de eso que dicen que se llama humano.
Yo soy el Minotauro que agoniza
maldiciendo a Minos tras su encuentro
con el mítico Teseo,
pero la agonía alimenta mi rabia
y antes de exhalar el último bufido
haré real aquel sueño del macho que huyó
bravo y zahareño:
enterraré mis garras y mis dientes
en vientres sonrosados y pechos de mujer
y engulliré docenas
de niños tiernos, rubios y sabrosos...
porque ¡yo soy el Minotauro!,
el menos salvaje de los bípedos parlantes
que pueblan la Tierra...


Augusto Lázaro

@lazarocasas38

(publicado en blog)






No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENVOLVENCIAS

 1 Ahora que los virus están de moda: fue un virus (de la peste negra o bubónica) el culpable de la muerte de los amantes de Verona. La hist...