PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

La política está logrando que nuestra vida sea muy aburrida: las 24 horas del día se está expuesto a leer, oír y ver una sobrecarga de más de lo mismo, con motivo (o sin él) de nuevas elecciones o de asuntos que de alguna manera tienen que ver con la dichosa política. Parece que a quienes nos gobiernan y dirigen les cuesta aceptar que hay millones de personas a las que no nos gusta nada la política y lo menos que queremos es que nos atosiguen tanto con tanta propaganda y tal publicidad, que en la mayoría de los casos ni siquiera nos entra por una oreja, de lo cansados que estamos del sonsonete y la repetición, sabiendo que todo es falso, y que todo lo que nos dicen, tan pronto alcancen sus propósitos, caerá en el cesto del olvido y la vida seguirá siendo, como siempre, buena para algunos y mala para otros, según su estado socio-económico y demás.

Alguien dijo (no re
cuerdo quién) que "la política es el oficio de quienes no tienen oficio" y si tenemos tiempo y disposición para hacerlo, veremos en nuestro estudio que la mayoría de nuestros llamados representantes apenas alcanzan el nivel para concejales de algún ayuntamiento perdido en las llanuras despobladas de los que todavía existen, y sin embargo, ocupan las más altas magistraturas de la nación. Y como decía Juan Lamar: "con estos bueyes hay que arar". Pero yo me pregunto por qué tenemos que arar con estos "bueyes", si hay otros personajes que reúnen al menos mayores condiciones para sentarse en los escaños del Congreso o del Senado. Y a esa pregunta no le he podido encontrar respuesta por ninguna parte.

Es que hay cosas, o mejor dicho, preguntas, que no tienen respuesta, y en este país los ejemplos sobran: ¿por qué un juez deja en libertad a un maltratador, además de concederle a él la custodia del hijo que ha tenido con su esposa? ¿Por qué se le permite a la ultra izquierda lo que se le prohíbe a la llamada ultra derecha, si la primera carga sobre sus podridas espaldas muchas más opresiones y muchos más millones de muertos que la segunda? ¿Por qué no se aplica la cadena perpetua, o incluso la pena de muerte para quienes han maltratado, golpeado, torturado, violado y asesinado a una niña de sólo 6 años? Cuando tenga la respuesta a éstas y a muchas otras preguntas parecidas, entonces creeré en la democracia y en la libertad y en todas esas hasta hoy soplatuberías que en nada nos han ayudado a entender por qué suceden estas cosas en nuestra querida patria...

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

elcuiclo.blogspot.com.es